Después de un año que se pasó rapidísimo – pienso en las cosas que estaban sucediendo hace un año en mi vida y, demonios, ¿realmente ha pasado tanto tiempo? – nos llegó diciembre de golpe. Y, aunque mi casa todavía no está completamente decorada, y por ende no se siente como navidad, ya yo, medio hecha la loca, me he puesto a ver algunas de mis películas preferidas navideñas… y me provocó enviar al espacio cibernético algunas de ellas, a ver qué llama la atención.
Se me ocurre empezar con It’s a Wonderful Life, por cliché que sea – pero, venga, es que es un clásico: el James Stewart de siempre, héroe simple y encantador, cayéndose a pedazos para ver la vida de nuevo, de hecho verla, después de que Clarence le enseña lo horrible y frío que sería su pueblo si él no hubiera existido; cómo se los comería el capitalismo salvaje (ja, ja, ja), cómo su hermano no viviría al no haberlo salvado él, cómo su esposa sería una solterona. Sentimentalismo irresistible, al mejor estilo de Frank Capra.
Aunque sea, admito, una comedia romántica tonta y con muchas repeticiones, The Holiday sigue siendo un descubrimiento navideño encantador. La navidad en el pueblito lindo y pequeño inglés, con la rubia californiana de los issues y el Jude Law principesco; la otra, en la soleada L.A., con una Kate Winslet maravillada ante la historia del cine viniéndosele encima desde Irene Dunne, con un Jack Black que canta “Mrs. Robinson” con Dustin Hoffman a cuatro pasos… bueno, bueno, ¿cómo no va a ser disfrutable?
Ahora, para mí es más bien una película para ver en Año Nuevo, pero ya que estamos por diciembre la recomiendo de una: When Harry Met Sally. Puede que sea la mejor comedia romántica que he visto en mi vida, con todos sus quirks, canciones maravillosas cantadas por grandes maestros (se me viene a la cabeza, de primerita, “Our Love is Here to Stay” cantada por Harry Connick Jr. – otra fantástica es la versión de Louis Armstrong de “Let’s Call the Whole Thing Off”), y, en general, ese ambiente fantástico que viene de esa combinación de química, silliness, diálogo y besos de año nuevo que hacen que When Harry Met Sally sea perfecta.
No por repetirme a mí misma, pero creo que Jimmy Stewart se merece otra mención navideña, ésta por The Shop Around the Corner. Es una película perfectamente adorable y no muy conocida por acá, en la que la navidad tiene un papel importante en cómo dos amantes finalmente se conocen después de haberse carteado por meses… aunque, en realidad, estuvieron uno al lado del otro todo ese tiempo, no cayéndose demasiado bien (si a alguien le parece conocida la historia cambiando carta por e-mail, sí, You’ve Got Mail está basada en esa película y también es una peli navideña lindísima).
En estos días veía Love Actually, que realmente se disfruta los 365 días del año… pero sabe aún más rico cuando uno se la toma en navidad. Un poco cursi, seguro, pero realmente da la impresión de que apenas uno mira alrededor y se ve el amor en todas partes: en el canto, en las sonrisas e incluso en lo cliché de la navidad. Como que la navidad no es realmente negar lo feo alrededor, sino celebrar lo hermoso que muchas veces se nos olvida, ¿y no se basa en eso el bendito espíritu navideño?
Otras películas navideñas de las que no me da por hablar ahorita, pero siguen siendo geniales: A Nightmare Before Christmas, How the Grinch Stole Christmas, cualquier versión de A Christmas Carol (la del ’51 es la más famosa), A Charlie Brown Christmas, Moonstruck… y las que no se me ocurren en este momento. Confiemos en la tele, que los 25 de diciembre suelen poner cosas lindas.
Btw, la foto es una escena de It's a Wonderful Life, no sé de dónde demonios la saqué porque ya estaba en mi compu. Merry X-mas and God bless us everyone! (/lil' Timmy)