Como todos sabemos, a lo largo del siglo en el que hemos tenido cine se ha formado una cantidad considerable de clichés, de estos que uno lleva diez minutos de película y ya sabe todo lo que va a suceder. Algunos, predecibles y todos, son geniales; otros, no tanto. En todo caso, porque puedo, acá va una lista (incompleta, con toda seguridad) de estereotipos de personajes de cine que no me gustaría ser ni de vaina:
- Negro en película de guerra.
- Catira tetona, promiscua y porrista de película de terror. De hecho, cualquier persona en una película de terror, por su tendencia a ser realmente idiotas (excepto el asesino, y ni siquiera es una condición sine qua non).
- Adolescente tímido y con acné que es maltratado emocionalmente durante toda la película hasta que la tipa cool se da cuenta de lo dulce que es y finalmente le hace caso. O sea, Michael Cera. Aunque en general ese tipo de películas están llenas de clichés bobos y poco interesantes.
- Zombie lento. Si mi destino es ser mordida por un zombie, me pido ser como los de 28 Days Later, que son casi atletas.
- Vampiro homosexual que brilla. Ya va, ¿qué?
- Madre de personaje de Disney.
- Chica Bond de calentamiento. Es la primera que aparece y se divide en dos tipos: la que sale en la primera escena en la que aparece 007 (ejemplo: la masajista de Thunderball) y la que Bond seduce y luego amanece muerta (la clásica es la de Goldfinger). Tienen todas algo en común: papeles mínimos de una o dos escenas como máximo.
- Judío en Varsovia nazi. No sé si aplica como estereotipo de cine o es sólo yo siendo una zorra miserable, pero el hecho es que no me gustaría entrar en esa categoría.
- Esposa de gay enclosetado en un suburbio norteamericano, sobre todo durante los cincuenta.
- Escritor en adaptación de Stephen King.
- Tipo que se mete con Chuck Norris.
Menciones honoríficas a cosas que no son personajes pero suelen pasarla bastante mal:
- Templo sagrado/objeto milenario/hallazgo antropológico increíble y mítico en película de Indiana Jones. Siempre, siempre queda destruido, o como mínimo guardado en un almacén inmenso del Estado norteamericano.
- Aston Martin de James Bond.