lunes, 14 de diciembre de 2009 - Publicado por BabeDeJour en 16:27
Después de un año que se pasó rapidísimo – pienso en las cosas que estaban sucediendo hace un año en mi vida y, demonios, ¿realmente ha pasado tanto tiempo? – nos llegó diciembre de golpe. Y, aunque mi casa todavía no está completamente decorada, y por ende no se siente como navidad, ya yo, medio hecha la loca, me he puesto a ver algunas de mis películas preferidas navideñas… y me provocó enviar al espacio cibernético algunas de ellas, a ver qué llama la atención.
Se me ocurre empezar con It’s a Wonderful Life, por cliché que sea – pero, venga, es que es un clásico: el James Stewart de siempre, héroe simple y encantador, cayéndose a pedazos para ver la vida de nuevo, de hecho verla, después de que Clarence le enseña lo horrible y frío que sería su pueblo si él no hubiera existido; cómo se los comería el capitalismo salvaje (ja, ja, ja), cómo su hermano no viviría al no haberlo salvado él, cómo su esposa sería una solterona. Sentimentalismo irresistible, al mejor estilo de Frank Capra.
Aunque sea, admito, una comedia romántica tonta y con muchas repeticiones, The Holiday sigue siendo un descubrimiento navideño encantador. La navidad en el pueblito lindo y pequeño inglés, con la rubia californiana de los issues y el Jude Law principesco; la otra, en la soleada L.A., con una Kate Winslet maravillada ante la historia del cine viniéndosele encima desde Irene Dunne, con un Jack Black que canta “Mrs. Robinson” con Dustin Hoffman a cuatro pasos… bueno, bueno, ¿cómo no va a ser disfrutable?
Ahora, para mí es más bien una película para ver en Año Nuevo, pero ya que estamos por diciembre la recomiendo de una: When Harry Met Sally. Puede que sea la mejor comedia romántica que he visto en mi vida, con todos sus quirks, canciones maravillosas cantadas por grandes maestros (se me viene a la cabeza, de primerita, “Our Love is Here to Stay” cantada por Harry Connick Jr. – otra fantástica es la versión de Louis Armstrong de “Let’s Call the Whole Thing Off”), y, en general, ese ambiente fantástico que viene de esa combinación de química, silliness, diálogo y besos de año nuevo que hacen que When Harry Met Sally sea perfecta.
No por repetirme a mí misma, pero creo que Jimmy Stewart se merece otra mención navideña, ésta por The Shop Around the Corner. Es una película perfectamente adorable y no muy conocida por acá, en la que la navidad tiene un papel importante en cómo dos amantes finalmente se conocen después de haberse carteado por meses… aunque, en realidad, estuvieron uno al lado del otro todo ese tiempo, no cayéndose demasiado bien (si a alguien le parece conocida la historia cambiando carta por e-mail, sí, You’ve Got Mail está basada en esa película y también es una peli navideña lindísima).
En estos días veía Love Actually, que realmente se disfruta los 365 días del año… pero sabe aún más rico cuando uno se la toma en navidad. Un poco cursi, seguro, pero realmente da la impresión de que apenas uno mira alrededor y se ve el amor en todas partes: en el canto, en las sonrisas e incluso en lo cliché de la navidad. Como que la navidad no es realmente negar lo feo alrededor, sino celebrar lo hermoso que muchas veces se nos olvida, ¿y no se basa en eso el bendito espíritu navideño?
Otras películas navideñas de las que no me da por hablar ahorita, pero siguen siendo geniales: A Nightmare Before Christmas, How the Grinch Stole Christmas, cualquier versión de A Christmas Carol (la del ’51 es la más famosa), A Charlie Brown Christmas, Moonstruck… y las que no se me ocurren en este momento. Confiemos en la tele, que los 25 de diciembre suelen poner cosas lindas.
**************
Btw, la foto es una escena de It's a Wonderful Life, no sé de dónde demonios la saqué porque ya estaba en mi compu. Merry X-mas and God bless us everyone! (/lil' Timmy)
viernes, 4 de diciembre de 2009 - Publicado por BabeDeJour en 15:39
Pasando por un ataque de sobriedad esdrújula, con molestia estomacal y fantasma de jaqueca; hoy, viernes 4 de diciembre de 2009, declaro:
Que la convencionalidad no va conmigo. Que nunca fui, no soy y no me veo siendo alguien tradicional: que soy de izquierda en toda ocasión, excepto cuando me da la gana llevar la contraria a algún idiota; que no me gustan las fórmulas by-the-book en ningún respecto, especialmente en el romántico; que mientras más le saque la piedra a alguien que haga lo que me dé la gana, más voy a disfrutarlo; que la vainilla le patea el culo al chocolate, porque yo lo digo; que la creatividad es la madre del mundo, y que pienso acercarme a ella lo más que pueda; ya que estamos, que pensar, sobrepensar y analizar no llevan a ninguna parte más que a la no acción; que el mundo se divide en sí, no, y los matices entre ambos, y que yo me afilio, en cuanto sea posible, al lado del “sí”.
Que los oscuros contienen a los claros, y que Larry, ¡oh! Larry, está presente en todos ellos. Que la vida se parece a la literatura, la literatura a sí misma, y la vida no parece de verdad-verdad después de ella (e incluso antes). Que Ella Fitzgerald es una diosa. Que todo es cuestión de tomar una decisión, especialmente la felicidad. Que la seriedad no lleva a ninguna parte más que a más seriedad, aburrimiento y trabajos deprimentes en cubículos minúsculos (así sean oficinas con vista al mar, más un yate y cuenta en Ginebra). Que nada empieza ni termina, porque siempre existió.
Que las sombras tienen su contraparte en carne y hueso, también, y sólo se presentan cuando más luz les llega desde arriba, abajo y todas partes. Que en el cine, las comedias románticas están locamente subestimadas; y, que, en la vida real, tienen demasiada importancia. Que los sapos siempre serán sapos. Que la perfección esprofundamente imperfecta, y eso es lo que la hace fantástica.
Finalmente declaro que, de todo lo anterior, nada es absoluto. Que soy libre de cambiarlo completamente cuando me dé la gana, o agregarle dos florecitas y una cereza. Y que espero, realmente espero, que todos los demás sean libres de hacer lo mismo.
jueves, 3 de diciembre de 2009 - Publicado por BabeDeJour en 18:08
Recuérdame
Recuerda el río congelado
las panties en el sofá
la gama del pelo
la chaqueta anaranjada
mi intensidad, tu pasividad
la muñeca fea, fea como yo, entre las sábanas
el comienzo, el beso
Recuerda
Recuerda
Huye del borrador de memorias
huye y ven a mí, huye
Y recuerda
no olvides recordar
rápido, antes de que la casa se caiga a pedazos
Recuerda, recuerda
yo lo haré, lo juro,
no te olvidaré
aunque te olvide, no lo haré nunca, nunca
Y nos veremos en Montauk
donde, ya juntos, nos olvidaremos
el uno del otro
*************
Basado en una de mis películas preferidas, Eternal Sunshine of the Spotless Mind, de Michel Gondry con guión de Charlie Kaufman, y la foto es un still de la peli.
jueves, 19 de noviembre de 2009 - Publicado por BabeDeJour en 12:16
He pasado los últimos nueve meses de mi vida, más o menos, devorándome todo libro que diga Haruki Murakami en la portada. Gente que me conoce desde hace años se sorprende y casi asusta: no les cabe en la cabeza que alguien que ha dicho toda la vida que los japoneses no son humanos de pronto salga fanática de un autor nipón.
En mi defensa, sigo creyendo ferviente y unicórnicamente que los japoneses no pertenecen a la misma especie que el resto de nosotros: probablemente sean la versión evolucionada (porque nosotros somos los Homo Sapiens Beta, obviamente; quien dude, favor remitirse a Texas) y planean conquistar al mundo a través de la globalización, que no es más que un invento para hacernos comer sushi y succionar nuestros cerebros a través de ondas que se activan en cada grano de arroz que comemos.
Poniendo de lado mis teorías perfectamente lógicas, el hecho es que mi adicción particular con Murakami yace, creo, en su tratamiento de la vida y cómo parece, casi de casualidad, traspasar los confines temporales de la eternidad. ¿La eternidad tiene confines temporales? Bueno, claro: los de lo efímero y del cambio; porque la eternidad per se puede ser conseguida en el entrepisos: en el sueño, en el pensamiento, en la felicidad misma.
Por ahí William Blake decía: "to see a world in a grain of sand, and heaven in a wild flower, hold eternity in the palm of your hand, and infinity in an hour...”. Es un pensamiento hermoso pero, me temo, va más allá de mis posibilidades explicativas; así que creo que se la dedico, felizmente, a quienes lean Hard-Boiled Wonderland and the End of the World.
-----
Imagen, de DeviantArt: Golden-furred Unicorns, por Alice Parker.