Dos años después de que Netflix nos quitara el mal sabor de boca de Ben Affleck como Matt Murdock, ya nos han presentado a los cuatro superhéroes clave del street-level del Marvel Cinematic Universe: Matt Murdock/Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage/Power Man y Danny Rand/Iron Fist. Ya tenemos a los cuatro pilares de The Defenders, que en principio debería salir este año, y una idea bastante bien demarcada de cómo está la Nueva York del MCU.
Obviamente cada vez que ha salido una de estas series, en la casa vemos la temporada completa en un fin de semana. Rafa le dedicó un post a Iron Fist cuando la terminamos de ver, pero ya que no he escrito acerca de ninguna de las de Defenders, se me ocurrió hacer un mini review de cada una.
Daredevil (2015)
La primera serie Netflix-Marvel fue probablemente la más impresionante, quizá porque nadie creía que Disney fuera capaz de recrear el nivel de violencia necesario para que Daredevil fuese creíble como adaptación. Lo que tuvimos fue un festival de sangre y oscuridad: el Matt Murdock que nos merecemos.
Charlie Cox brilla como el superhéroe atormentado entre su llamado a la acción y el peso de su culpa católica, y lo acompañan Foggy Nelson (Elden Henson), el respectivo amigo gordito y cómico (arquetipo que en casa llamamos El Carlitos) y Karen Page (Deborah Ann Woll), la rubia hermosa que, como claramente tiene que pasar en una serie de hoy en día, puede valerse sola y no necesita que la rescates (excepto que sí, un poquito).
Daredevil también presentó a algunos de los personajes claves del rincón Netflix del MCU: Claire Temple (Rosario Dawson), quien se ha convertido en el enlace entre todas las series; Frank Castle/The Punisher (Jon Bernthal), el antihéroe salvaje que fue tan exitoso que va a tener una serie propia; Madame Gao (Wai Ching Ho), la poderosa mujer mística; y la organización La Mano, que tiene pinta de que va a terminar siendo la figura antagónica en The Defenders.
Y, por supuesto, Wilson Fisk. Interpretado por el siempre brillante y terriblemente infravalorado Vincent D’Onofrio, Kingpin es probablemente el mejor villano del MCU, con la posible excepción del Loki de Tom Hiddleston. Es un tipo aterrorizador, con profunda influencia y con una fuerza desproporcionada, tanto verbal como física.
No hay duda de que Daredevil, como serie y como personaje, lidera el Hell’s Kitchen de Netflix, y por algo ya tiene aprobada una tercera temporada.
Lo mejor: Wilson Fisk, Frank Castle, Elektra (Élodie Yung), las escenas de acción, la fotografía.
Lo peor: ¿Realmente hay puntos débiles en Daredevil? En la segunda temporada, confieso que me aburrí un poco con el manejo de La Mano, pero en retrospectiva fue una buena forma de presentar una organización que claramente va a ser esencial en la Nueva York del MCU. Y definitivamente estuvo mejor escrita que la segunda vez que aparecieron, pero ya llego a eso.
Jessica Jones (2015)
Si bien Daredevil es una serie de acción, Jessica Jones tiene el espíritu de un film noir. A primera vista, más que una superheroína, Jessica es una reversión de un arquetipo históricamente masculino: el detective alcohólico y con un pasado oscuro, al estilo de Humphrey Bogart en The Maltese Falcon (y más o menos en todo). Claro que Jessica además da unos saltos sobrenaturalmente altos y, bueno, te puede partir el cráneo con un golpe.
Sin embargo, Jessica Jones también es un estudio del trastorno de estrés postraumático, particularmente de mujeres que salen de relaciones violentas… pero su protagonista no busca recuperarse y empoderarse, como suele pasar con este tipo de personajes, sino que sigue el camino de la soledad y autodestrucción; modos de actuar que, en ficción, también son históricamente masculinos. Diría que el personaje al que más se parece Jessica es el hombre más angustioso de la televisión: el Don Draper de Mad Men.
Krysten Ritter interpreta una versión distinta de su Jane en Breaking Bad, pero funciona; Carrie-Anne Moss es su socia/abogada sin alma; Mike Colter hace su debut de Luke Cage como interés romántico/compañero de golpes; Rachael Taylor es la mejor amiga y hermana postiza que Jessica desesperadamente busca alejar; Rosario Dawson vuelve como la enfermera con la mala/buena suerte de siempre estarse consiguiendo superhéroes.
Como pasa en Daredevil, quien más brilla en Jessica Jones es el villano: David Tennant, mejor conocido como Barty Crouch, Jr. y El Décimo Doctor, es a la vez encantador y psicótico. Su superpoder es el control mental a través de un compuesto en su piel: los abusadores son manipuladores por naturaleza.
Lo mejor: la química entre Ritter y Colter, Kilgrave, la actitud de “la vida no vale nada” de Jessica, la relación compleja y realista entre Jessica y Patsy.
Lo peor: hay algunas historias que se expanden un poco más de lo que deberían, y hay momentos que se sienten particularmente lentos para una serie que claramente fue concebida para que los fanáticos la consumieran entera en un fin de semana.
Luke Cage (2016)
Meses después de encontrarse con Jessica Jones y romper tanto quijadas como muebles con ella, Luke Cage se adentra en Harlem y trata de pasar desapercibido. Encuentra una figura de autoridad que lo lleva por el camino del Bien Común, revive sus respectivas experiencias traumáticas del pasado, queda en la balanza entre si ser el héroe que Harlem necesita o tratar de vivir una vida normal, los malos no lo dejan vivir tranquilo, consigue una buena mujer pero hay algo que dificulta su relación.
Básicamente lo mismo que pasa siempre, pues.
El arco de Luke Cage es más o menos igual al de cualquier otro superhéroe: tiene un pasado oscuro que define sus acciones en el presente, se aleja de todo el mundo para no hacerles daño, es “forzado” a entrar en situaciones heroicas. La historia funciona, sí, pero ya se le empiezan a ver las costuras a la fórmula; sobre todo porque los antagonistas son demasiados y a veces cuesta seguirles el paso.
Ya al principio de la serie, Mike Colter tiene a Luke Cage dominado como personaje, después de aparecer en Jessica Jones. Se le suman Frankie Faison como el barbero/figura paterna, Ron Cephas Jones (que aparentemente está en todas las series) como la voz de la razón, Simone Missick como la detective que busca la verdad, y, nuevamente, Rosario Dawson como Claire Temple. Los “malos” vienen de una familia de criminales, liderados por Mahershala Ali y Alfre Woodard, aunque también con algunos villanos alternativos.
Lo mejor: lo creíble que es Mike Colter como hombre indestructible, Cottonmouth (y la enorme foto de Biggie en su oficina), la música, ver que el tipo que creía que Marcellus Wallace tenía cara de perra sigue sin servir pa’ un carajo.
Lo peor: el “malo” se diluye un poco en el transcurso de la serie, porque en realidad hay varios sets de villanos. Y, claro, está el hecho de que es un poco la misma historia de superhéroes de siempre, solo que ahora es en Harlem y es más hip-hop.
Iron Fist (2017)
Vamos a empezar por el principio: esta serie es la peor de las cuatro. No es que sea lo peor que le ha pasado a la televisión ni mucho menos, pero tiene muchísimos problemas: el guión cojea durísimo, el arco del personaje principal vive en las tangentes y no se desarrolla bien, le sobran horas de metraje que se pudieron resolver en veinte minutos, las actuaciones son bastante mediocres (opino que esto es más por el guión que por los actores), es difícil definir hacia dónde está yendo la historia la mitad del tiempo.
Mientras Luke Cage sufre de cierta indefinición en cuanto a villanos, en Iron Fist es casi patológico: aunque La Mano se mantiene más o menos como la organización detrás de todo, hay un “malo” diferente cada dos episodios, lo que diluye muchísimo dónde mirar. Sí, es una forma maniqueísta de ver el asunto, pero estamos hablando de superhéroes: a menos que estrictamente estés buscando adentrarte en otra temática, como es el caso en Logan, la lucha entre el bien y el mal va a ser un punto central.
Lo mejor: lo bien que fluye la serie en los capítulos del medio, Claire, las escenas de pelea-sexo entre Danny y Colleen (Finn Jones y Jessica Henwick), David Wenham como el billonario codicioso (aunque sea básicamente el mismo personaje de Jeff Bridges en la primera de Iron Man), el regreso de Madame Gao.
Lo peor: de nuevo, Iron Fist tiene muchas patas cojas, pero el guión es la que sufre de polio. Aparte de que todos los personajes hablan con la destreza de adolescentes escribiendo poesía, los dos primeros capítulos y aproximadamente los cuatro últimos se sienten innecesariamente largos, sin rumbo ni desarrollo; pasan cosas, pero a la vez es como si realmente no pasara nada.
All-Around
Estamos hablando de una realidad generalmente muy bien construida: Netflix y Marvel dedicaron presupuesto y buenos artistas en crear una alternativa de menor escala a los problemas cósmicos que vemos en Avengers. Me molesta un poco que, para ser un Universo Cinemático que se supone comprende la suma de sus partes, está claro que lo que sucede en Netflix no afecta realmente lo que pasa en el cine, así que no es que vayamos a ver a Matt Murdock representando a Tony Stark en un tribunal. Pero eso depende más de la burocracia de Marvel Studios que del contenido individual de cada película o serie.
Si la idea es adentrarse por completo en la Nueva York del Marvel Cinematic Universe, se va mejor viendo las series en el orden en que salieron o, de ser posible, en el orden en que salieron las temporadas: la primera de Daredevil, Jessica Jones, la segunda de Daredevil, Luke Cage y Iron Fist.
Si lo que se busca es contenido sólido, está bien saltarse Iron Fist. Es más: en io9 Gizmodo hicieron un resumen, en inglés, de los puntos relevantes de la serie, para quienes buscan saber cómo se conecta a sin tener que bancarse las 13 horas.
¿Buscas entretenimiento cotufero? Disfruta las cuatro, entonces. Todo se desarrolla en el mismo universo que las películas de Marvel Studios y, aunque no haya tantas conexiones directas como me gustaría, sí es divertidísimo ver qué pasa en el mundo después de que un poco de alienígenas casi destruye Nueva York.